lunes, 23 de abril de 2012

Poesias de Federico Garcia Lorca.

Romance de la luna.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.




UN LUCERO. 




Hay un lucero quieto,
un lucero sin párpados.
-¿Donde?A
- Un lucero...
En el agua dormida
del estanque.

CAZADOR. Pasa pelota.
El cazador.

¡Alto pinar!
Cuatro palomas por el aire van.

Cuatro palomas
vuelan y toman.
Llevan heridas
sus cuatro sombras.

¡Bajo pinar!
Cuatro palomas en la tierra están.


De casa en
casa. 



Vámonos; de casa en casa
llegaremos donde parece
los caballitos del agua.
No es cielo. Es tierra dura
con muchos grilllos que cantan,
con hierbas que se menean,
con nuves que se levantan,
con hondas que lanzan piedras.
¡Yo quiero ser niño, un niño!

El café de Chinitas.
En el café de Chinitas
dijo a Paquiro un hermano:
"Soy más valiente que tú
más torero y mas gitano."

En el café de Chinitas
dijo a Paquiro un Frascuelo:
"Soy más valiente que tú
más gitano y mas torero."

Sacó Paquiro el reló
y dijo de esta manera:
"Este toro ha de morir
antes de las cuatro y media."

Al dar las cuatro en la calle
se salieron del café
y era Paquiro en la calle
un torero de cartel.


El soto.

En el soto,
los alamillos bailan
uno con otro.
Y el arbolé,
con sus cuatro hojitas,
baila también.

¡Irene!
Luego vendrán las lluvias
y las nieves.
Baila sobre lo verde.

Sobre lo verde, verde,
que te acompaño yo.

¡Ay cómo corre el agua!
¡Ay mi corazón!

En el soto,
los alamillos bailan
uno con otro.
Y el arbolé,
con sus cuatro hojitas,
baila también.









MARIPOSA.




Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
Mariposa del aire, ¡quédate ahí, ahí, ahí!...
No te quieres parar,
pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?












Las seis cuerdas.
La guitarra
hace llorar a los sueños.
El sollozo de las almas
perdidas
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula,
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.




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